martes, 29 de mayo de 2007

A la entrada de León

A la entrada de León
hay una inmensa laguna
donde se lavan las guapas,
porque feas no hay ninguna.

Resalada, dímelo.
Dímelo, resaladina,
dónde tienes el amor;
se fue a Cuba y no volvió.

A tu madre le voy a decir
que no sabes leer,
ni tampoco escribir;
ni sumar ni restar por los dedos
ni multiplicar, carita de cielo.

Tienes unos ojos niña
como ruedas de molino
que muelen los corazones
como granitos de trigo.

Resalada, dímelo.
Dímelo, resaladina,
dónde tienes el amor;
se fue a Cuba y no volvió.

A tu madre le voy a decir
que no sabes leer,
ni tampoco escribir;
ni sumar ni restar por los dedos
ni multiplicar, carita de cielo.

Aunque soy chiquita y pobre
y morena de la cara,
no tengo mancha ninguna
que no me la quite el agua.

Resalada, dímelo.
Dímelo, resaladina,
dónde tienes el amor;
se fue a Cuba y no volvió.

A tu madre le voy a decir
que no sabes leer,
ni tampoco escribir;
ni sumar ni restar por los dedos
ni multiplicar, carita de cielo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la música.
Estas canciones cantaba mi padre cuando yo era niña. Y hacía más de treinta años que no las escuchaba. Me ha dado mucha emoción.
Un saludo desde Buenos Aires

Merche dijo...

De nada... :)
Me alegra mucho que después de tantos años las puedas escuchar, por esto empecé este blog...para que la gente esté más cerca de su tierra aun estando en la otra punta del mundo...
La emoción la siento yo leyendo tu comentario.
Un saludo desde León.